Agueda Dicancro (Uruguay 1938-2019). Escultura madera y hierro (color negro) y vidrios (color naranja y negro). Firmada.
Uruguay. Siglo XX. Circa década del 80.
Medida: 32cm x 14cm x 38,5cm de altura
AGUEDA DICANCRO (Montevideo 1938-2019)
Artista plástica uruguaya.
Estudió cerámica en el Instituto Pedro Figari de la UTU y escultura con Eduardo Yepes. En usufructo de una beca de OPIC estudió cerámica en Ciudad deMéxico en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, Metales y Orfebrería en el Instituto Nacional de Bellas Artes, y Platería y Esmaltes en la Escuela de Diseño y Artesanías de la misma ciudad. A su regreso a Uruguay trabajó en orfebrería para dedicarse posteriormente a la escultura en vidrio.
Fue premiada en el XXXIII Concurso Internacional de Cerámica de Arte, Faenza, Italia y recibió el primer premio Cerámica Concurso Fundación Ford, Méjico, 1965; el Gran Premio del Salón y Primer Premio Sección Joyas del 1er Salón de Artes Decorativas, Comisión Nacional de Artes Plásticas, Medalla de Oro Comuna de Roma, 1973; primer premio Concurso Mural edificio Puerta del Sol, Punta del Este, 1978; Premio Adquisición XXXIII Salón Municipal.
Fue seleccionada para representar a Uruguay en la Bienal de Venecia en 1993 y en la Bienal de San Pablo en 1994. Recibió el Premio Figari que otorga el Banco Central del Uruguay en 1999, junto a Cecilia Brugnini, Wifredo Díaz Valdéz, Antonio Frasconi, Jorge Abbondanza y Enrique Silveira. Fue nombrada Mujer del Año 2001 por Juan Herrera Producciones en el rubro Artista Plástica y recibió el Premio Alas 2001 por la Asociación InterArte. En el año 2014 fue distinguida por el MEC con la medalla Delmira Agustini.
Ha mantenido el vidrio siempre como protagonista notorio, fundamental. Dicancro parte de una forma racional, geométrica, del vidrio regular y plano, tal como sale de la industria, para alterarlo, fuego mediante, y arribar a formas orgánicas. En una porción de su obra, Dicancro no actúa directamente, no modela: prepara la "cama", con objetos ajenos a su materia prima. Cuando el vidrio sometido al fuego pierde su rigidez y, por su propia gravedad, desciende y cubre las cosas que Dicancro colocó debajo, queda entonces impresa la huella, como si se tratara de un gofrado escultórico. Fuerza y contradice las posibilidades del material logrando resistencia de la fragilidad. A la organización espacial y las formas concretas sumó otros recursos, la luz, espejos, y la sensación de situación extrema a que parece estar sometido el material. Con vidrio y madera produce extrañas simbiosis logrando contrastes, opacidades, transparencias, colores grises platinados, oscuros.
Está representada en importantes museos y en colecciones privadas de varios países.